
Arca de Alianza
Los israelitas construyeron un santuario móvil que les permitiera guardar y transportar los elementos más sagrados de su religión. El llamado Tabernáculo (en hebreo, Mishkán, que significa "morada") albergaba el Arca de la Alianza, que contenía las Tablas de la Ley, entregadas por Dios a Moisés con los Diez Mandamientos, una muestra del maná caído del cielo y la vara de Aarón reverdecida. Tanto el Arca como su contenido simbolizaban el pacto establecido por Dios con el pueblo judío.
El Tabernáculo era una especie de tienda de campaña rectangular, de 13,7 metros de largo, 4,6 de ancho y otros 4,6 metros de alto, que se apoyaba sobre una estructura de madera forrada de oro. Estaba cubierta por cuatro capas de telas y pieles que le servían a modo de techumbre. El sagrado recinto constaba de dos partes: el Lugar Santo (9,1 x 4,6 metros), que contenía la Mesa del Pan de la Presencia, el candelabro de oro de siete brazos (Menorá) y el Altar de Incienso; y el Lugar Santísimo (o Sancta Sanctorum), un cubo de 4,6 metros que sólo contenía el Arca de la Alianza. Se supone que éste sería el lugar en el que Yahvé descendería para reunirse con su pueblo. A este recinto sólo podía acceder el Sumo Sacerdote y una sola vez al año, en el llamado Día del Sacrificio. Los elegidos para su cuidado y transporte fueron los levitas o descendientes de Leví, una de las tribus de Israel, para lo que acampaban y pernoctaban en los alrededores del Tabernáculo.
En un principio, el Arca de la Alianza, también llamada del Pacto, se guardaba en el Templo de Jerusalén y durante las guerras se trasladaba al frente para que influyera positivamente en el curso de la batalla. Sin embargo, un mal día desapareció, probablemente durante la destrucción del Templo que tuvo lugar cuando el monarca babilonio Nabucodonosor II conquistó y saqueó la capital israelita.
Lo primero que Dios le detalló a Moisés cuando le dio las instrucciones para construir el tabernáculo fue el modelo y el diseño del arca, dado que iba a ser el objeto principal y más importante no solo del tabernáculo, sino también de todo el campamento de Israel. El cofre en sí mismo medía 2,5 codos de largo, 1,5 de ancho y 1,5 de alto (111 cm. x 67 cm. x 67 cm.), y estaba hecho de madera de acacia, revestido de oro puro tanto por dentro como por fuera. Coronaba el arca un artístico “borde de oro” en forma de guirnalda “sobre ella [...] en derredor”.
La segunda parte del arca, su cubierta, estaba hecha de oro macizo, no meramente de madera revestida, y tenía la misma longitud y anchura que el cofre. Sobre esta cubierta había montados dos querubines de oro de labor a martillo, uno a cada extremo de la cubierta, con sus rostros vueltos el uno hacia el otro, las cabezas inclinadas y las alas extendidas hacia arriba “cubriendo la cubierta protectoramente”. (Ex 25:10, 11, 17-22; 37:6-9.) A esta cubierta también se la conocía como “el propiciatorio”, o “cubierta propiciatoria”. (Éx 25:17; Heb 9:5).
Para transportar el arca se suministraron largos varales, hechos también de madera de acacia revestida de oro e insertados a través de dos anillos de oro a ambos lados del cofre. Como estos varales no se debían quitar de sus anillos, nunca había necesidad de que los portadores del arca la tocaran. En las esquinas había cuatro patas, “patas para caminar, patas flexionadas como para caminar”, para que no se apoyase directamente en el suelo, aunque no se sabe qué altura tenían. Parece que los anillos estaban montados justo por encima de las patas, o quizás sobre ellas mismas. (Éx 25:12-16; Nú 4:5, 15; 1Re 8:8; 1Cr 15:15.).